Los Vedas, la sabiduría espiritual de la India

Los Vedas, la civilización ancestral de la India
Los vedas fueron una civilización ancestral que habitó el norte de la India. Se los considera como los autores de las escrituras sagradas de la India, fuente primera del conocimiento. Esta sabiduría fue transmitida de generación en generación, mediante una cadena discipular, de manera oral, durante miles de años, memorizando y recitando mantras, para luego recopilarla, ordenarla y asentar por escrito durante el llamado período védico, alrededor del 1500 y 500 a. C.
Basándose en evidencias literarias como el Mahabharata y el Ramayana, científicos y filósofos ubican la existencia de los Vedas entre el año 15000 y el 10000 a. C. aproximadamente, aunque al no haber evidencias, hasta podría haber sido mucho antes. La respuesta más razonable a la pregunta sobre cuál es el origen y la datación de los vedas es simplemente que no se sabe. La necesidad humana de resolver lo que parece misterioso quizá nos haga perder de vista lo importante, la fuente de sabiduría que ellos nos dejaron.
La visión védica llegó a la India a través de tribus arias nómadas que se instalaron allí, posiblemente de estepas rusas nómadas o de Asia Central, alrededor del tercer milenio antes de Cristo. Para ese entonces, la India estaba habitada por tribus indoarias que ingresaron por Asia Central llegando a Pakistán, también posiblemente entrando por Irán, y se fueron instalando en los valles del río Indo. Dada la riqueza de los suelos, se dedicaron a la cría de animales y al desarrollo de la agricultura, estableciéndose entre Pakistán y las zonas norte y noroeste de la India, para luego formar sus comunidades en los valles del río Ganges. Si bien nadie conoce el origen de los Vedas, muchos eruditos y teólogos han presentado diferentes afirmaciones sobre el asunto.

EBOOK
Durante el segundo milenio a. C., la región del Punjab se menciona en los himnos del Rig Veda. La palabra Punjab significa “tierra de cinco ríos”, en virtud de los cinco grandes ríos que desembocan en el Indo en esa región. Estos ríos son el Jhelum, el Chenab, el Ravi, el Beas y el Sutlej.
Las primeras comunidades desarrollaron un sofisticado sistema de agricultura basado en cambios estacionales y condiciones meteorológicas para optimizar sus cultivos y sus métodos de plantación. Por la directa observación de los patrones del cielo, llegaron a comprender cómo ciertas configuraciones estelares afectaban las condiciones climáticas y, a su vez, obtenían información para realizar sus cosechas. Tiempo después, desarrollaron sistemas astronómicos para predecir tiempos auspiciosos para siembra y cría de ganado, basados no solo en los cambios estacionales sino en la elevación del Sol y las fases Lunares; por ejemplo, sembrar en la fase creciente de la Luna era común en esas comunidades, y hasta el día de hoy se sigue practicando.

Con el correr del tiempo, esta comunidad desarrolló un sistema de observación por el cual pudieron calcular el tiempo de los ciclos planetarios, distancias astronómicas, órbitas celestes y sus relaciones entre sí. Poco a poco fueron perfeccionando técnicas de observación y cálculos hasta conseguir los más avanzados sistemas de predicciones, implicancias de los eclipses, movimientos de la Tierra, fases lunares y posiciones planetarias, y así fueron vinculando estos fenómenos celestes como patrones de cultivo, meteorológicos, sequías, cambios climáticos, como así también si el siguiente periodo traería paz, armonía u hostilidad para su comunidad.
Documentaron de manera sistemática y ordenada cada movimiento de los planetas y de las estrellas, y fenómenos astronómicos, conjunciones, oposiciones, calendarios lunares, solsticios y equinoccios, y así se desarrolló, a partir del tercer milenio a. C., una de las primeras civilizaciones del mundo que, con el tiempo, formaron una cultura, conocimientos espirituales y un estilo de vida sin precedentes.
Los Vedas
La palabra Veda significa en Sánscrito, “revelación, sabiduría o conocimiento», en el sentido de que se cree que contienen el conocimiento fundamental relacionado con la armonía, la paz y el camino de la autorrealización espiritual. Se cree que los cuatro Vedas contienen el conocimiento esencial del universo y cómo cada ser puede vivir en conexión con la fuente de toda existencia. En los tiempos védicos, el principal objetivo de la ciencia era lo eterno, no lo temporal; el progreso humano significaba el despertar de la espiritualidad, dando lugar a la liberación del alma que se encuentra atrapada en la naturaleza material, que es temporal y está llena de ignorancia y sufrimiento.
A los sabios y eruditos que escribieron los Vedas se los denomina Brahmanes, y le dedicaban su obra a Dios, fuente de toda energía creadora. Ellos no se atribuían esos conocimientos, sino que los recibieron de manos de la Divinidad –la sabiduría y comprensión que contienen parecen ser demasiado profundos para haberse originado en la mente del ser humano–, para luego compilarlos sistemáticamente y transcribirlos. Esa compilación se realizó con un objetivo fundamental: preservarlas y así evitar que se perdieran durante la era venidera, prevista como Kali Yuga, la era de Hierro, el equivalente al apocalipsis de los cristianos.
Por milenios mantuvieron estos conocimientos y fueron memorizando los textos, transmitiéndolos oralmente de generación en generación, de maestro a discípulo, en forma de poemas; empleaban técnicas de memorización increíbles en ese entonces.

Es la tradición oral ininterrumpida más antigua de la historia, y uno de los escritos más antiguos de la humanidad. Para los hindúes, los Vedas conforman el origen de sus valores filosóficos y socioculturales.
Todas estas enseñanzas tienen un profundo propósito: contribuir y motivar a los seres humanos en momentos de oscuridad y separación, para que podamos entender que no somos entidades independientes sino más bien partes del cuerpo universal de Dios, dependiendo de muchas leyes y fuerzas superiores. Si uno se conecta con estas fuerzas divinas (conocimiento, entendimiento y comprensión), entonces ellas nos benefician materialmente y experimentamos paz, armonía y plena conexión con la Divinidad.
Por otra parte, fue costumbre muy recibida entre los antiguos el trasmitir sus sagradas doctrinas y creencias religiosas por tradición, al punto de no consentir que cosas tan sagradas se estampasen en el papel. Aún hoy existen sacerdotes hindúes que recitan de memoria y con escrupulosa exactitud uno de los Vedas; del mismo modo conocen hasta el lugar que corresponde a todas las notas ortográficas y acentos. Lo que muy pocos hacen hoy con un solo Veda, hacían los antiguos con los cuatro, a eso se debe que de estos libros no se conozcan manuscritos anteriores al siglo VIII de nuestra era.
Se dice que los himnos y poemas védicos fueron revelados por los 7 planetas llamados Rishis, que en término sánscrito significa “brillar”.
Esta parte de la literatura hindú consta de 4 Vedas, incluso se habla de un posible quinto Veda, “Los Upanishads” fueron escritos en forma de himnos y poemas sagrados, y reseñan los principios originales del hinduismo. Fueron escritos en sánscrito, la lengua original del pueblo hindú. Existen cuatro versiones de las escrituras sagradas vedas: el Rig-Veda el Sama-Veda, el Yajur-Veda y el Atharva-Veda (que contiene hechizos y pautas relacionadas con la vida diaria, el amor o la familia).

Los textos de los Vedas guardan relación con el Yoga y el Ayurveda, la gastronomía como estilo de vida, así como también la música, la recreación y el ocio, formas y técnicas de construcción “Vastu Yatra”, momentos propicios para el cultivo y la cosecha, rituales sagrados y el conjunto de las tradiciones de la India, por citar algunos temas relevantes.
Los siguientes pasajes de los textos védicos ilustran algunas ideas al respecto, que constituyen la doctrina de la Vedanta.
“…toda persona actúa de acuerdo a su alma, mente y sentidos, y produce su destino, tanto desgracias como dichas. Pues no puede haber resultado sin acción en el pasado. Así cada alma recibe muchas experiencias, nacimiento tras nacimiento, y gradualmente se sacude de las ilusiones del estado de separación; así procede a través de su propia purificación hacia la unicidad…”
“…mientras vivamos en ilusión (Maya), depositamos nuestra fe en las cosas permanentemente mutables de la naturaleza. Solo a través de la realización y absorción de uno mismo en Dios, podemos liberarnos de las sensaciones mundanas de dolor y placer…”
“…La esencia de todas las cosas es una suprema energía que penetra todos los aspectos del universo. Es una fuerza impersonal, inmaterial, nonata y no perecedera, se la denomina Brahman (Dios)…”
Para concluir, podemos resumir la finalidad del conocimiento védico. Según los Vedas, la naturaleza de la materia es temporal y parece terminarse, tener un fin. La naturaleza del alma es la eternidad. Sea cual sea nuestra cultura, esto no cambia. El cuerpo humano siempre está muriendo, sin embargo, el alma no muere, y evidentemente pertenece a una energía superior. Entonces también podemos agregar la presencia de un ser original o Dios que le dé un orden y un sentido a todo.
Las escrituras védicas explican que, detrás de toda energía, hay un centro energético u origen único de esa energía. Dios es el padre original de todas las entidades vivientes; como creador también ofrece un manual de instrucciones para desenvolverse en este mundo material y, por lo tanto, deja diferentes escrituras a lo largo de la historia de la humanidad para que, de acuerdo a nuestra forma de pensar, podamos entender la naturaleza espiritual, respetando así nuestro libre albedrío.
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